miércoles, 29 de junio de 2011

El género


Una de las consecuencias y a la vez motor del progreso y desarrollo individual es la construcción de una identidad personal. Esta identidad personal se encuentra compuesta de muchas dimensiones, una de las cuales es la dimensión de género.

Hablamos de género como una dimensión psicológica. Supone un proceso de construcción personal y dinámica a lo largo del desarrollo. En él intervienen tanto aspectos biológicos como sociales. Uno de los más importantes es la denominada asignación social y que consiste en la clasificación y categorización de los individuos como pertenecientes a un grupo u otro (niño /niña; hombre /mujer) atendiendo a estereotipos o creencias acerca de lo que significa ser hombre o ser mujer. Dichos estereotipos, aunque estables, se encuentran determinados también socioculturalmente.

El sujeto va construyendo una idea de sí mismo como perteneciente a uno otro grupo de asignación sexual atendiendo a estos elementos. Esta identificación impregna muy diversos ámbitos de su vida, desde su comportamiento a su manera de razonar o pensar.

Cuando hablamos de que alguien es un niño o una niña, en general no sólo nos representamos sus caracteres biológicos de hombre o mujer, sino que tenemos una representación mucho más compleja conformada por creencias acerca de cómo es y debe de ser cada uno de ellos.


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